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la vida de "grande"

Cuando era una niña sentía que cada año que empezaba era una eternidad, sensación que poco a poco empezó a cambiar. Un día, siendo aún niña, me di cuenta de que si bien los años eran lentos, cada año era más rápido y breve que el anterior... ya para que hablar de como siento el paso del tiempo hoy, creo que prácticamente no me he dado cuenta y ya estamos en septiembre, estoy a 5 días de partir de vacaciones y parece que fue hace unos dos meses que compré los pasajes...y no pues, fue hace 5. Es que parece que cada año que pasa la vida es más intensa, y entonces parece que todo fuera más rápido. ¿Será ese uno de los indicadores de que una ya se volvió "grande"?

El otro día conversaba con Leyla y Manuel respecto de la intensidad de la adultez, concluíamos que una de las características de "ser grande" es que cada año te empiezan a pasar cosas "fuertes", que van más allá de la superficialidad de la cotidianeidad...no es sólo el tener amigos diferentes, carretes nuevos, mayor poder adquisitivo, amores que van y vienen. Es que te enamoras de otra manera, que los conflictos son más complejos, que te casas, te separas, andas de pega en pega, nacen guaguas esperadas e inesperadas.

Y bajo esos parámetros empiezo a mirar mi vida, mis años, mis vivencias...y claro, por más que sienta que mi vida en general tiene experiencias de esas que te marcan y hacen que tu vida de una u otra manera se transforme en algo distinto, este año ha tenido algo especial, como que la intensidad ha atacado por todos los frentes y pareciera que no quiere detenerse.

Primera vez en la vida que vivo sin algún miembro de mi familia, y más encima con alguien a quien poco conocía antes de tomar la decisión, y con una tercera integrante sumada a mediados de año, aún más desconocida. Y es una quien se hace cargo de todas sus cuentas, y de la alimentación, ya no está el papá o la mamá que te prepara una sopita cuando estás enferma. Y lo bueno es que tienes una libertad nunca antes imaginada, y que ya no tienes que andar avisando si no vas a llegar e invitas a quién quieres por el tiempo que quieras, y etc, etc, etc.

Primer año con un trabajo de jornada completa y además con la carga de ya "ser profesional", porque además me titulé, y entonces la responsabilidad ya no es la misma, aunque me cueste reconocerlo. Con conflictos con la jefa, con alegrías y desencuentros con los compañeros, descubriendo qué es lo que realmente a uno le interesa.

Y los rollos del amor ya no son los mismos, porque los problemas ahora no son que alguien no llame, que te dejen plantada o que no le gusten los mismos carretes que a uno. A esta edad las soledades pesan más porque no se usa mucho, al contrario, lo que se empieza a usar es establecerse... y a una mujer como una que le cuesta incluso conocer a un tipo que le parezca medianamente atractivo, queda como desencajada y te empiezan a presionar explícitamente pare que te encuentres pareja. Y si estás pegada con un eterno amor, tener que estar separados duele más, porque el criterio de realidad empieza a cobrar cuentas.

Y sumando y restando parece que todos los indicadores se van cumpliendo, me he subido al tren de la adultez, parece que ya "soy grande".

2 Opinólogo/as:

carol_ina dijo...

Hola Pris.. sipos... la "vida de grande".. tiene sus pros y contras como todo... weno, yo todavía no he vivenciado el asunto en pleno, me falta todo lo que es titulación y la pega constante... q no es poco.

Bueno, disfruta todo lo disfrutable nomás pos... E insisto, saca hartas fotos!!!!!

elbé dijo...

A todo el mundo le llega el momento de sentirse así, pero luego se nos pasa y volvemos a ser como críos y luego crecemos otra vez y luego vuelta a empezar... y así siempre.