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Adicciones: el fútbol...




Si alguien me preguntaba hace unos meses atrás ¿tienes alguna adicción?, lo más probable es que yo respondiera, sin desfachatez: -no-, pero ahora la cosa ha cambiado, no sólo porque en el último tiempo haya adquirido nuevas adicciones, sino porque me he dado cuenta que tengo varias desde hace muuuuucho tiempo, sólo que no las había reconocido como tales.


Una de ellas es el fútbol. Si señoras y señores, el fútbol. Yo creo que quienes me conocen o han leído desde hace tiempo el blog anterior ya saben un poco de qué se trata esto, pero para los que no, les cuento un poco de esto que en general a la gente le parece muy raro por una infinidad de cosas, principalmente porque soy mujer...pffffffff.

A los 14 años andaba con las incertidumbres típicas de la adolescencia, pero sobre todo, tenía la sensación de que no era de ningún lugar. Me cargaba el colegio, mis compañeros, mi barrio, mi familia (que raro a esa edad no), en resumen seguía sintiendo que no encajaba en ninguna parte, que quizás era como de otro planeta, no sé... Hasta que una amiga me invitó al estadio, a ver a la Católica, que jugaba con Huachipato allá en Conce...y como me gustaba la Católica, y un par de veces había acompañado a unos tíos al estadio y me parecía entretenido, partí... y no salí más...

En esa época sentí que por fin había encontrado un lugar. Estuve un par de años yendo al máximo de partidos posibles, viajando de aquí para allá...de Conce a Santiago, Antofagasta, Talca, Coquimbo, Osorno, Temuco...

Cuando llegué a Santiago la cosa se empezó a diluir un poco, encontré otros lugares de pertenencia y bueno, la vida empezó a cambiar...pero siempre la pasión por el fútbol ha seguido ahí, latente. Así es que de cuando en vez vuelvo a pasear por los tablones, y ahora parece que la adicción volvió al máximo: viajé de nuevo. Me fuí a ver Católica- Coquimbo, no porque fuera un partido tan importante, porque en el fondo sabía que las posibilidades de que no ganara el indio eran casi nulas... viajé por pasión.

Lo que uno siente en un partido, desde el momento que decides ir es indescriptible. El partido no empieza cuando el árbitro da el pitazo inicial, sino cuando uno decide que irá y empieza a ver cómo va, con quién, dónde compra la entrada, etc, etc, etc. Y creo que el mejor resumen de todo lo que uno siente allí, cuando se está jugando la vida, es lo que cuento siempre: muchas veces ni siquiera sé quién hizo el gol, porque en la barra se pierde la noción del tiempo, el espacio...y no, no lo escucho cuando lo dicen por el parlante, porque estoy fuera de mí, porque hay un estallido a mi alrededor y también en mi interior. Porque tiene razón Freud y tiene razón el Iván, tiene razón la psicología y el sentido común: es tanatos, es un orgasmo...




1 Opinólogo/as:

Unknown dijo...

Si supieran que tu adicción al fútbol sólo es igualada a tu adicción al sushi. ijijijijij
O a las competencias o a la ................................mufería jajajajaja

Bacán tener adicciones sanas, ademas en cierta forma ha sido tu vehiculo sociabilizador. Tu catalizador se la zona de desarrollo proximo.

Ya nos vemos, ahora no te quejes que no te he posteado. Recuerda que ni he actualizado mi flickr, jojojoj